SEXUALIDAD
- Karnet
- 25 jun 2016
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Cada vez que un alma pasa libremente por las puertas del cosmos a través del placer sexual, éstas se abren redirigiendo la energía que porta, hacia la vibración con la cual sintoniza.
El deseo sexual, no necesariamente vibra en baja frecuencia, para tu comprensión, ya que éste puede estar estimulado por una vibración más sutil o superior, incluso aunque la persona desconozca su origen.
Es una herramienta útil y práctica de atracción entre almas que deben trabajar juntas. A veces, el trabajo reside simplemente en el intercambio energético, otras, como forma de interrelación más permanente.
Un deseo sexual excesivo u obsesivo, suele darse por disfunciones en el sistema energético que fuerzan la hiperactivación de alguno de los motores chákricos.
La energía masculina es hacedora, y la femenina receptora. Aunque hombres y mujeres contienen las dos. Hasta el momento se materializaba con mayor fuerza la masculina en el hombre y la femenina en la mujer. Siendo esta tendencia histórica, la que ha contribuido en mayor medida a la dualidad, separación y conflictos, no solo entre sexos, sino en muchos otros ámbitos existenciales.
Es tiempo ya, de modificarla y adquirir gradualmente la parte opuesta al sexo portador, con el fin de equilibrar el hacer y el recibir.
Dado el proceso por el que está pasando la tierra y el sin fin de variaciones energéticas al que está sometida, éste puede estar afectando al equilibrio chákrico, así como a las manifestaciones sexuales que se dan en los encuentros carnales.
Pero el fin, es el equilibrio.
Por tanto, un deseo sexual anormal o hiperactivación del sacro (segundo chakra), puede responder a múltiples causas, siendo la idónea, aquella que responde a la atracción necesaria para propiciar un encuentro.
Cuanta mayor importancia tiene la conexión de esas encarnaciones, mayor es el deseo.
Al igual que existe la hiperactivación, también se da la hipoactivación energética. El motivo suele ser un desajuste prolongado para sostener una frecuencia armónica de activación en el chakra correspondiente.
En las personas que existe esa hipoactivación de sus chakras inferiores, solo se suelen activar suficientemente, si el grado de frecuencia que emite su chakra central corazón es alto, pues es el que los regula.
Es por esto, que el enamoramiento es el único que suele mantener el flujo continuo y activado de su chakra sacro, con la potencia suficiente para propiciar el encuentro sexual.
Entiende, que estoy expresando generalizaciones para tu comprensión, con todos los errores que eso conlleva.
Si bien es cierto que el motor sexual madre es el chakra corazón, éste tan solo es el inicial en encuentros entre almas de destino y en seres con un estado vibracional muy alto, pues es la única forma de mantener el deseo de forma permanente o duradera.
Pero lo habitual, cuando se ha de producir un primer encuentro, o encuentros esporádicos entre almas, es recibir la señal en el sacro con una hiperactivación, y esto, aún en personas con un cuarto chakra muy bloqueado, también produce un movimiento más elevado del corazón, aunque la persona no lo perciba conscientemente.
En algunos humanos, cuando su sacro no responde convenientemente por la hipoactivación, se dificulta los encuentros esporádicos, pero también los encuentros entre almas de camino, al no sentir la necesidad de acercamiento. Pues es en estos casos, cuando es importante que el sacro active el corazón enérgicamente.
Pueden existir muchos motivos para un mal funcionamiento del sacro, tanto de hiperactividad como de hipoactividad, siendo los más habituales, tener un bajo concepto de sí mismo, el miedo y elevado control de las emociones, frustraciones y no expresar el ser creativo que se es.
KARNET
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