CUANDO OFRECER AYUDA A OTROS
- Karnet
- 1 sept 2018
- 3 Min. de lectura
Esta semana, las dudas que me planteáis en privado, han coincidido en varias ocasiones con un mismo tema... "cuándo y cómo ayudar a otros". A ese respecto, quería aclarar alguna información que considero, puede servirnos de forma general:
Empleo el término AMOR, cuando consigo discernir entre la entrega absoluta para el mayor bien del alma de otro ser, de la concesión y sometimiento a los deseos y proyecciones de su avatar.
A veces sentimos confusión, cuando existe un llamado fuerte de protección o ayuda hacia alguien, pero éste la rechaza.
Esto suele darse porque podemos sentir el grito de su alma que pide ser escuchado por su avatar. Pero nuestra responsabilidad, queda limitada hacia el otro, en mostrarle los caminos que abren los oídos del corazón.
Existe una sutil diferencia que ha de observarse en el silencio de nuestra mente, sobre la motivación que esconde nuestra oferta o a veces imposición de ayuda. Ya que tal vez ésta, esté dirigida a satisfacer un simple acuerdo programado de apoyo desde otro espacio tiempo, bajo determinadas circunstancias. Si éstas no se dan, puede darse un nivel alto de desconcierto y distorsión, entre la necesidad de apoyar y el proceso inadecuado para que esa ayuda sea otorgada.
¿Cómo distinguir si el camino y el tiempo lineal es el correcto para ambas partes?
Sencillo, ofrécete desde el amor sin imponer, sin provocar el cambio no solicitado y retírate tranquilo hasta que el momento adecuado se dé.
Si la solicitud del alma es reiterada, solo podrás ponerte a disposición una y otra vez, cuando así lo sientas, desde el respeto al espacio de aprendizaje del otro.
A veces es desesperante escuchar un alma suplicante y encarcelada, a la que su avatar no escucha. Pero no te corresponde liberarla, si ésta no es capaz de atraer a su avatar hacia ti para que reciba la ayuda pertinente y acordada, salvo excepciones que te serán mostradas claramente.
Proyecta amor hacia su muro desde la distancia física y mantente en el espacio de no influencia, mientras continuas tu camino sin carga ni culpa. Pues la fuerza que sientes que empuja tu ofrecimiento, es tan solo la orden programada para actuar bajo unos parámetros y condiciones determinadas. Si éstas no se dan por las dos partes, es que no se cumplen, que los caminos se han acercado, pero no ha habido una intersección que los una. Por tanto, nada más que hacer que continuar tu sendero tranquilo.
En la distancia el programa se vuelve a desactivar y entra en estado de pausa.
Si aún así sigues escuchando el grito desesperado de su alma, vuelve a observar en el silencio de tu corazón si es real que la necesidad provenga del alma del otro ser, o si es tu propio campo psico-emocional el que tiene la necesidad de ayudar o sentirse útil para el otro y se sincero en la escucha de cuáles son las razones que te llevan a tener esa necesidad, es decir, que carencia propia quiere cubrir.
En resumen:
Se sincero contigo mismo, a veces la maraña de caminos de experiencias por los que caminamos, nos acercan a vías vitales de otras personas, en los que de cruzarse, se darían situaciones en las que se requeriría de una acción.
Según nos acercamos, nuestro radar se activa indicándonos que hemos de prepararnos para este trabajo, pero esto no significa que sea el momento de realizarlo. Es por ello que es importante la observación y escucha de tu voz interior y la del alma de aquellos que te rodean para discernir cual es el momento adecuado de actuar. Lo sabrás porque se pondrá delante de ti, sin ningún esfuerzo.
Cuando el acuerdo es claro entre dos almas y éstas se unen en un punto del camino, no existe la posibilidad de pérdida o duda, simplemente se da.
Karnett

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