LLEGANDO A CASA

Para tí que buscas sin descanso:

Recuerdo un mundo escondido en las estrellas donde la luz era el alimento, donde el color era el aire que respirábamos, donde la música era nuestro movimiento y donde el amor era nuestro cuerpo.

Recuerdo esa vida, como un sueño vago y alejado, pero que llevo grabado en mi corazón.

Esa chispa de memoria olvidada, timbrea de forma continua en mi interior, invitando a moverme.

Y desde que descubrí esa llamada de mi yo, me muevo por la vida de ambulante y sin rumbo fijo... jamás me he sentido tan poco perdida como ahora, como desde que no conozco el camino, ni fijo la mirada en un objetivo, como desde que olvidé caminar por las aceras construidas por otros, para crear mi propio sendero, sembrando a cada paso y recogiendo alientos olvidados, dolores profundos, regalos hechos, amores esparcidos, sonrisas al aire, canto y movimiento.

Y ahora se... que ese es un lugar, el no lugar, el no sitio, el no futuro, el solo caminar descalza en el suelo que yo misma un día alicaté de días llenos de errores y aciertos, de bueno y malo.

Y mientras lo ando, lo piso, lo recorro... a mi paso... deja de ser todo lo que sembré en dos, en dualidad de macho-hembra, bien-mal y recojo su hijo, su fruto, un camino de arcoíris con todos sus colores, con su múltiples matices, con todas sus vibraciones y todos sus sonidos, esos

que emergen con cada pisada…

Y hoy, según caminaba por mi ahora… he sentido el recuerdo de ese mundo antiguo mas cerca, hoy, en este ahora, he reconocido debajo de mis pies, un destello cercano a aquel recuerdo.

Y he sabido, desde lo más profundo de mi ser, que ya estoy… llegando a casa.

Karnet