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EL EDIFICIO TERRESTRE (CUENTO PARA COMPRENDER LAS PREGUNTAS EXISTENCIALES)

Vinimos a construir un edificio (mundo nuevo), y para ello llegamos con diversas profesiones (linajes), cada una con su función específica (misión de vida) y su mochila llena de herramientas útiles tan solo para esa función (dones y capacidades).

Pero al llegar al solar (tierra) donde teníamos que comenzar a construir, olvidamos quienes éramos, que teníamos que edificar, cual era nuestra especialidad y que herramientas traíamos.

Algunos compañeros comenzaron a investigar, buscando en sus bolsillos (su interior) y descubriendo que tenían un teléfono y antena que les permitía conectar con su empresa (linaje primigenio) y sus compañeros de la oficina (equipo espiritual-guías), y aunque la cobertura en este lugar nunca fue buena ya que había muchas interferencias, pudieron ir descubriendo algunas de sus herramientas, intuyendo su función, e incluso algunos entendiendo el plan de construcción.

Algunos que los vieron comenzar a trabajar, creyeron que éstos debían ser amigos del Jefe y que habían sido dotados de ciertos privilegios de los que ellos carecían, unos comenzaron a seguirlos y a endiosarlos, eligiéndolos como jefes de la obra (maestros, gurus), haciendo todo lo que estos indicaban, otros quisieron imitarlos, buscando desesperadamente las mismas herramientas (queriendo sus mismos dones), imitando su función, creyendo que todos los trabajadores tenían la misma profesión.

Y comenzó el lío... algunos arquitectos comenzaron a intentar poner ladrillos, los carpinteros intentaban poner cables, los albañiles planificaban y dibujaban, los electricistas hacían tuberías y los fontaneros intentaban construir ventanas de madera... total, que pese al esfuerzo y trabajo que todos dedicaban... la construcción del edificio no parecía que fuese todo lo bien que deseaban.

Pero con el tiempo, cada vez fueron más los que comenzaron a conectarse con su empresa y descubrieron que su función era diferente, que sus herramientas no eran las mismas.

A veces, entre estos "semi-despiertos", comenzaban a discutir, intentando convencer a los otros de que su función era la verdadera y que debía ser para todos la misma (las verdades absolutas), es decir, los electricistas les decían a los albañiles, que lo que había que hacer era tirar claves de conexión, los albañiles decían que lo que había era que poner paredes, los fontaneros que había que crear sistemas de evacuación y limpieza, los arquitectos que había que planificar y estructurar el conjunto, trabajando en equipo ... todos defendían su postura sosteniendo que era la más importante y mientras intentaban convencerse unos a otros, el edificio seguía sin construirse. Tan solo había paredes y cables y desagües y pilares sueltos, sin que se viese una estructura armónica.

Pese a su mayor conexión, aún no habían entendido la esencia de esta gran construcción...

Tan sólo unos pocos, seguían sus propios pasos, haciendo caso omiso al resto y centrándose en lo que entendían que se les pedía desde su empresa.

A todo esto, había otros grupos de seres que pertenecían a otros grupos de empresas y cuyo objetivo era construir otro edificio totalmente diferente en ese mismo solar (tierra), y que tenían mucho interés en adquirir ese lugar y ¿por qué no? aprovechar para que los mismos profesionales que ya estaban allí, construyesen su edificio, ya que ellos carecían de las alguna de sus habilidades.

Estos se mantenían generalmente en las vayas o cercas que delimitaba el solar, gritándoles a los profesionales todo aquello que se les ocurría para distraerlos y confundirlos, con el fin de que no alcanzasen su objetivo y siempre que podían interferían en los canales de comunicación de estos profesionales con sus empresas y oficinas, intentando generar además la desunión para que el edificio original no fuese construido.

A veces, incluso, hacían incursiones dentro del lugar de trabajo, a veces, incluso, se disfrazaban de trabajadores y se hacían pasar por uno de ellos, consiguiendo agrupar y dirigir a grupos enteros, mediante engaños y manipulación.

Y en este caos y confusión se encontraban, construyendo como podían, avanzando como podían, cada quién por su lugar, cada uno creyendo que su profesión era la única y que los que no hicieran lo mismo que ellos estaban en el error (estaban dormidos), cuando algo ocurrió.

Un gran huracán comenzó a azotar el lugar, derrumbando lo ya habían construido, haciendo caer a muchos, sobre todo a aquellos que más tiempo llevaban, ya que al estar en pisos más altos su caída era mortal.

Ese viento huracanado hizo desestabilizar todo lo que creían ya tenían hecho, todo lo que creyeron que era su verdad, y comenzaron las dudas, y un brote de desestabilidad, rabia y confusión se apoderó de muchos de ellos, algunos incluso comenzaron a remeter contra todo lo que pudiese parecer diferente, al descubrir que había infiltrados entre los grupos y no saber distinguirlos. Otros comenzaron a tirar piedras y palos a los que gritaban desde la cerca culpándolos del huracán, pero sin dañarlos pues la mayoría no podía ver mas allá del límite del solar. Otros centraron sus esfuerzos en sostener y ayudar a sus compañeros intentando no cuestionarse nada y atendiendo lo que creyeron su prioridad, otros decidieron entrar en éxtasis y crearon burbujas de felicidad que los mantenía aislados del resto y de la situación que estaban viviendo.

El panorama y la imagen desde el exterior podría parecer dantesca, pero desde el exterior se podía ver como al caer las estructuras mal construidas, no quedaría más remedio que volver a poner los cimientos de nuevo y pese al caos presente, se sabía que todo ese periodo de construcción anterior había dotado a los profesionales de una experiencia enorme que les ayudaría a esta vez, edificar mucho más rápido y construir un bello y sólido edificio.

Sólo había que esperar que cesasen en su enfrentamiento y comprendiesen que sus diferencias les hacían ser el complemento ideal para crear un edificio perfecto.

Si cada profesión asume su papel, sin querer imitar el de otros, si cada profesional encuentra su teléfono de comunicación para obtener guía cuando dude, si buscan en el bolsillo que hay en su pecho las instrucciones precisas de su trabajo (que siempre estuvieron allí), si se unen y coordinan en su función. Todo será fácil y rápido.

El edificio (PLAN DIVINO) se construirá si o si, con estos o con otros profesionales que lleguen después, pero se hará.

De todos nosotros depende que sea más rápido, armónico, pacífico y amoroso este tiempo de reconstrucción.

Porque este cuento solo tiene un final... y es que un increíble edificio se elevará desde el suelo, alzándose más allá de las nubes, atravesando todas dimensiones e iluminando con su resplandor todos los universos.

Y colorín colorado este cuento no ha terminado...

Con AMOR,

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